En Latinoamérica la participación laboral de las mujeres es del 52% y de los hombres 76.6 % pero en los índices de desempleo es más alto para ellas con un 10,7% ante un 7,6% para ellos, de acuerdo con datos del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF).
“Las mujeres están perdiendo sus trabajos”, alarman desde la ONU y explican que la crisis sanitaria junto a las medidas para prevenir la propagación del Covid -19 “están provocando un aumento desproporcionado de la tasa de desempleo de las mujeres (en comparación con los hombres), así como reduciendo su cantidad total de horas de trabajo”.
Desde el organismo global describen que innumerables mujeres en países con economías de todos los tamaños, además de perder los ingresos, aumentó de manera desmedida la carga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado.
Un informe publicado en septiembre de 2020 sobre “El futuro de la brecha de género en relación con la pobreza”, explica que todas las personas están enfrentando dificultades sin precedentes, por los efectos del Covid – 19, pero las mujeres están “soportando” el peso socioeconómico”.
Según ONU, las mujeres pobres y marginadas están más expuestas. A nivel mundial, el 70 % del equipo de respuesta inicial y profesionales de la salud está integrado por mujeres, y, aun así, no están en pie de igualdad con sus colegas masculinos. En el 28 % de los casos, la diferencia salarial entre hombres y mujeres en el sector de la salud es mayor que la diferencia salarial general por razón de género (16 %).
En síntesis, el estudio de 2020 que hoy, cobra vigencia en el marco del Día Internacional de la Mujer, muestra cómo la pandemia “está anulando los beneficios económicos conseguidos en favor de las mujeres en las décadas pasadas” pero advierte que aún los efectos se pueden “contrarrestar” con un tratamiento deliberado.
Escenario local
En el marco del Día Internacional de la Mujer, que cada año se aleja más de la celebración para convertirse en un ícono de la lucha para empoderar a las mujeres y reconocer su rol en la sociedad, desde la agencia Grow, género y trabajo, realizaron una encuesta a 1.100 personas de distintas provincias acerca de cómo se desarrollaron las tareas domésticas y de cuidados durante la cuarentena, entre mayo y julio de 2020.
El estudio que se difundió días antes al #8M, mostró que el tiempo de cuidado es ocupado por el 78 por ciento de los varones y el 84 por ciento de las mujeres con hijos o hijas, mientras que el cuidado de adultos mayores recae en mayor medida sobre mujeres sin hijos.
Al mismo tiempo las analistas encontraron que las mujeres les dedican a las tareas de cuidado y domésticas no remuneradas, en promedio, 10 horas con 24 minutos por día, mientras que los varones les destinan seis horas y 48 minutos. Según los datos de Grow, la brecha actual es de 3,76 puntos, cuando, en una medición similar de 2013 el INDEC había registrado 6,4 horas para las mujeres y 3,4 horas para los hombres lo que marcaba una brecha de tres puntos.
En el caso de hogares con hijos menores de 12 años, durante la pandemia, las horas de cuidado crecieron a 13 en las mujeres, y 9 horas con 24 minutos para los varones.
En cuanto a las tareas domésticas propiamente dichas, desde Grow concluyeron que las mujeres dedican casi una hora más por día que los varones a cocinar, limpiar y desinfectar.
En ese mismo sentido se analizó la “Tensión: entre la precarización y la pérdida de empleo” y se mostró que sólo en América latina 23 millones de mujeres cayeron en la pobreza debido a la pérdida de sus fuentes de trabajo. “Esta caída en los niveles de participación femenina en el mercado laboral representa un retroceso de 10 años”, explicó Gerogina Sticco, co - fundadora y Directora de Grow, género y trabajo. Además, el relevamiento arrojó que “la inactividad creció más que el desempleo”.
Respecto a caída del empleo, en Argentina, la diferencia entre la cantidad de trabajadores/as de 2019 a 2020 es de -48% en el caso de las mujeres y de -41% en los varones.
“Hemos visto una discusión de salud respecto a la pandemia, pero no cómo impacta (el encierro y la mayor carga de responsabilidades) en la salud de las mujeres”, planteó Carolina Villanueva, co-fundadora y Directora de Grow-Género y Trabajo, luego de presentar los principales datos del estudio realizado.
“Nos preocupa que la apertura de actividades no contemple las situaciones de cuidado; es más probable que el varón vuelva primero a trabajar y esto va a generar que se reproduzcan las desigualdades vinculadas al mercado laboral”, dijo Villanueva y expresó la necesidad de “re-pensar la vuelta a la normalidad desde una perspectiva de género, que visibilice el trabajo de las mujeres”.
Uno de los casos estudiados fue el sector de gastronomía, que donde se encontró un 61% menos de mujeres en el 2020 que en el 2019 y un 33% menos de varones. Y, en Turismo, encontraron que el empleo de las mujeres se concentra en microempresas (69,5%) que a menudo carecen de acceso al crédito, disponen de pocos activos y se prevé que se recuperarán de forma más lenta.
La situación se enmarca en un contexto de violencia contra la mujer en el ámbito laboral, lo que se manifiesta al detectar un “trato desigual” por parte del 36% de las mujeres, en comparación con sus pares varones. Además, sólo el 16% de los varones, detectó diferencias frente a sus compañeras mujeres y el 42% de las personas LGTBIQ+, reconocen se tratados de forma desigual, respecto de las demás personas.
A la hora de pensar en cómo acortar la brecha, Sticco explicó que una problemática que se produce en el análisis es la “falta de una mirada interseccional”, que “no se tiene en cuenta las múltiples desigualdades a las que se enfrentas la mujer, por su orientación sexual, edad, nacionalidad o etnicidad”, enumeró. “Aun cuando tenemos datos desagregados por género, estas particularidades no se tienen en cuenta y se tiene a homogeneizar como si fuéramos un conjunto”.
Conquista en riesgo
De acuerdo a un estudio que desarrolló el Observatorio de Géneros del Centro de la Economía Popular Argentina (CEPA), en la primera semana de julio de 2020, durante el ASPO, la cantidad de horas que dedicaron las mujeres en promedio al trabajo no remunerado (TNR) aumentó un 70,7%, pasando de 6,9 horas diarias antes del ASPO a 11,8 horas diarias durante el ASPO. Análogamente la “Encuesta sobre el impacto de la pandemia en los hogares: un enfoque desde los cuidados”, arrojó que los hombres contestaron que dedicaron 7,9 horas promedio por día durante el ASPO, mientras que anteriormente dedicaban 5 horas diarias; representando así un incremento de 60,4%. Esta brecha en el tiempo dedicado al TNR entre hombre y mujeres creció a 3,9 horas diarias promedio, lo cual implica un incremento del 97%.
El estudio que buscó para conocer el impacto económico de la pandemia y aislamiento social en los hogares argentinos, encontró que “la relación entre los niveles de ingresos de las mujeres y de los varones es un indicador síntesis de la brecha salarial de género y expresa tanto el grado en que las mujeres acceden al mercado de trabajo como los niveles monetarios que obtienen en comparación a los varones”. Los datos muestran que, “incluso en el universo del empleo registrado, prevalecen elevadas brechas salariales de género”, destacan desde CEPA y agregan que el principal dato que se debe resaltar es que “los varones perciben en promedio ingresos personales un 27% mayores que las mujeres”.
Con un foco socioeconómico, desde el CEPA, destacaron que este 8M del 2021 “es una fecha clave para recuperar los avances en materia de conquista de nuevos derechos” y apuntaron a la aprobación del Aborto Legal, Seguro y Gratuito, como un “hito”, para delinear los desafíos en la agenda feminista del presente, donde se torna indispensable el avance en una política integral de cuidados.
En ese sentido explican que la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo no sólo implica beneficios sustanciales en términos de salud y autonomía sobre las personas gestantes, sino que, “contrastando con los argumentos liberales que se opusieron al proyecto, genera un ahorro fiscal para el Estado”.
“Con lo que le costaba a la salud pública el aborto clandestino por las consecuencias y derivaciones médicas de 45.600 personas gestantes (que padecían abortos inseguros que incluso ponían en riesgo su vida), se cubre el aborto seguro y gratuito de 425.177 personas gestantes, que equivale al 95% de los abortos clandestinos estimados en Argentina en un año”, detallan.
Los analistas advierten que las consecuencias del impacto de la pandemia de COVID-19 sobre la dinámica del mercado laboral “cristalizan la profundización de una desigualdad de género preexistente”. El impacto desigual es evidente, aseguran desde CEPA y explican que, si se analiza el grupo etario de las mujeres jóvenes de 14 a 29 años, éstas fueron las que experimentaron mayores tasas de desocupación. Durante el segundo trimestre de 2020, la tasa de desocupación de este grupo fue de 5,8 puntos porcentuales más alta que la de los hombres, alcanzando la brecha más importante de los últimos 5 años. Asimismo, es posible observar que, solo entre el primer trimestre de 2020 y el segundo trimestre del mismo año la tasa de desocupación de las mujeres jóvenes crece en 4,6 p.p., al pasar del 23,4% al 28,5%.
La decisión del Gobierno Nacional de garantizar un ingreso básico (IFE) para morigerar el impacto de la pandemia, llegó 8.9 millones de personas, y también hizo evidente la situación desigual ya que el 55,7% fue otorgado a mujeres. Entre las que recibieron el Ingreso Familiar de Emergencia, más del 60% son menores de 34 años.
“El desafío de los feminismos en este 2021 debe ser avanzar en cuantificar el trabajo reproductivo para ponerlo en valor y reconocerlo de manera efectiva, en el marco de un nuevo sistema integral de cuidados”, sugieren desde CEPA y agregan que “el debate sobre el reparto y la remuneración de los cuidados conduce a una reflexión colectiva sobre el tipo de sociedad que queremos”.|