En un año desastroso para la economía, producto de la pandemia y los "errores no forzados", el equipo económico levantara la copa en nochebuena y brindará por no haber sufrido una estampida del dólar en diciembre. Comandados por Martin Guzmán, quien es quien en los hechos da todas las directivas a partir del 15 de septiembre, cuando forzado por la sangría de dólares el Banco Central que maneja Miguel Pesce decidió al máximo la posibilidad de restringir al máximo la compra del dólar ahorro. La medida, que nunca agradó a Guzmán y que tiene como antecedente el cepo implementado por Marco del Pont en el BCRA entre desde el 2012 a fines de 2015, permitió hace un torniquete para que las reservas no desangraran.
La estrategia de Guzmán - que suele escuchar a Emanuel Álvarez Agis, ex viceministro de Economía con Axel Kicillof, devenido ahora consultor estrella de la city porteña y asesor económico de Marcelo Mindlin, entre otros grandes empresarios- era la de bajar el dólar blue de un techo de casi 200 pesos como casi toca en octubre a cerca de 150/160 pesos como cotiza hoy. Para eso, uso las herramientas tradicionales del mercado: el contado con liquidación y el dólar MEP o bolsa.
Pero lo mas ortodoxo de Guzman es que uso para bajar el dólar una lógica de "tipo de cambio de convertibilidad ampliada": sumó así a la base monetaria el total de LELIQs, lo que le daba cerca de 140 pesos. Lo importante era bajar la brecha, la "grieta" entre el dólar oficial y el dólar blue. Vendiendo bonos baratos para bajar el dólar bolsa - aunque sube el riesgo país por eso- Guzmán ganó la batalla. El dólar MEP se vende hoy a 140 pesos, que hoy sale 6 pesos mas baratos que el dólar ahorra, que cotiza a 146 pesos para quienes pueden comprar los 200 dólares de cupo.
Lo cierto es que al ponerle al dólar ahorro con dos impuestos que lo llevan a estar solo a 10 pesos menos que el dólar blue, fue ideada por Marco del Pont y Miguel Angel Pesce, y aceptada a regañadientes por Martin Guzmán. Con el diario del lunes parece haber servido: solo 1 millón de personas compraron billetes verdes el mes pasado, por un total de 182 millones, en tanto 43 mil personas vendieron por 7 millones de dólares. Las operaciones disminuyeron 13 por ciento respecto a octubre. En julio y octubre, por caso, mas de 4 millones de argentinos compraban dólares. Las barreras que pusieron para comprar dólares para quienes cobraban ATP (algo que impacto fuerte en la capacidad de ahorro de los asalariadas) fue una de las razones principales de la merma.
Sin embargo, las cuestiones cambiarias quizás estén pasando solo por un veranito. Como señala Álvarez Agis en su ultimo informe "cuando se observa el mercado cambiario queda en evidencia que la situación es crítica. En 2021 las condiciones financieras y económicas globales muy probablemente favorezcan a Argentina: los principales socios comerciales tienen buenas perspectivas de recuperación y el precio internacional de la soja acumula un incremento de +50% desde los mínimos de Abril de 2020, alcanzando niveles de mediados de 2014. Esto significa que las exportaciones de bienes se verán favorecidas.
El superávit comercial, incluso suponiendo que las importaciones aumentarán en línea con la recuperación de la economía, alcanzaría para compensar un potencial incremento del déficit de servicios si el retorno del turismo al exterior profundizara la salida de divisas en comparación con lo que sucedió este año". Agis agrega "en cuanto al pago de intereses, la reestructuración de la deuda pública con acreedores privados redujo sensiblemente las necesidades de divisas para 2021. Por lo tanto, el superávit de bienes y servicios sería superior al egreso de divisas por pago de rentas al exterior y Argentina tendría un superávit de cuenta corriente cercano a 4.000 millones de dólares. Sin embargo, para que ese superávit se traslade de la balanza de pagos (base devengado) al balance cambiario (base caja), es condición necesaria que la brecha entre el dólar oficial y el paralelo se achique y que las expectativas de devaluación se reduzcan".
Guzmán comparte esa visión de Álvarez Agis y es por eso que le importa mas reducir la brecha cambiaria en el primer trimestre que fijarse en los números de la inflación. En su equipo creen lo mismo que el consultor, y se animan a repetir sus ideas casi con la mismas letras. En el Palacio de Hacienda son prudentemente optimistas. Creen que el esquema de control de cambios reducirá la compra de dólares a la mitad en 2021, producto de las restricciones que se impusieron para la compra de los 200 dólares mensuales y las amortizaciones de deuda corporativa (la última, una medida muy discutida desde el kirchnerismo y que hizo trastabillar políticamente a Miguel Ángel Pesce). Pero en el equipo de Guzmán también saben que el balance cambiario esta al limite. Y que si el BCRA no se pone firme en 2021, no lograría acumular reservas, eso traería un incremento de la brecha y de las expectativas de devaluación. Algo que también pondría al limite la presidencia de Pesce en el Central, y que salpicará con esquirlas políticas a Mercedes Marco del Pont, la "ideóloga" del renovado cepo. Y aunque nadie lo dice, se sabe: un ministro de Economía suele querer tener tres espadas que los defiendan a capa y espada: la AFIP, el BCRA y la Aduana. "Son tres mosqueteros que siempre van juntos. Hace unos meses no estaban coordinados. Pero llego Guzmán y les hizo la de D'artagnan en la obra de Alejandro Dumas: los junto a los tres bajo su comando. Pero igual los Miguel Ángel Pesce, Mercedes Marco del Pont y la Directora General de Aduanas, Silvia Traverso, no fueron puestos por Guzman en esos cargos. Y eso pesa mucho" afirma la fuente del Palacio de Hacienda.
La inflación y Kulfas, otro problema
Pero otro de los temas que desvela a Guzmán para el segundo trimestre de 2021, cuando ya tendría cerrado el acuerdo con el FMI por la deuda, es la inflación. Y aunque no lo digan abiertamente, por los pasillos de Hacienda nadie esta conforme con lo hecho por Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo, y la secretaria de Comercio, Paula Español.
"Con el congelamiento de tarifas y servicios públicos que diseñamos, el Estado se haga cargo de las facturas a pagar por parte de hogares y de muchas compañías. La suba de los subsidios económicos, pasaron de 1,6% del PBI en 2019 a 2,6% del PBI en 2020. Por eso nos peleamos con el FMI, que no quiere que hagamos eso. Pero cuando miras la inflación, en la carne las subas fueron de más de 20 puntos porcentuales superiores a la inflación y en las verduras de 30 por ciento. Vamos a terminar con inflación de 35%, pero en alimento del 70 por ciento. La gestión fue muy mala" se quejan economistas que rodean a Guzmán en privado.
Las palabras de los economistas no hacen mas que decir en voz baja lo que la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, dijo el viernes pasado cuando señalo que hay que alinear "los salarios y jubilaciones con los precios de los alimentos y las tarifas" y remarcó que esa es una "tarea fundamental" que debe llevar adelante el Gobierno que integra durante 2021. Palabras que en el equipo de Kulfas sonaron mucho mas fuertes que entre los funcionarios de Guzmán.