Estados Unidos realizó la décima ejecución federal del año. Se trata de un número récord, dado que es la cantidad más alta en más de un siglo. A pesar de que el país tenía una tradición de suspender las sentencias capitales durante el período de transición de poder, Donald Trump decidió darles continuidad antes de dejar la presidencia.
El viernes por la noche, Alfred Bourgeois, condenado a muerte por el asesinato de su hija de dos años, recibió una inyección letal en una cárcel de Terre Haute, en el estado de Indiana. Es la decimoséptima ejecución de este año en el país y la décima a nivel federal. Las cifras convierten a Trump en el mandatario que más sentencias federales avaló en más de un siglo.
Desde que la Corte Suprema restableció la pena de muerte federal en 1988, las ejecuciones en Estados Unidos fueron escasas. Incluso, antes de que Trump asumiera el cargo, solo se habían llevado a cabo tres ejecuciones federales en este período que va de 1988 a 2016. Todas se realizaron bajo el mandato del presidente republicano George W. Bush, e incluyeron al preso Timothy McVeigh, condenado por el atentado con bomba en un edificio federal de la ciudad de Oklahoma.
En 2003 las ejecuciones federales fueron suspendidas en Estados Unidos, principalmente por dudas sobre la legalidad de las drogas administradas a los condenados. Sin embargo, en julio pasado, Trump decidió suspender esta moratoria.
Antes de las elecciones del pasado 3 de noviembre, se realizaron siete ejecuciones federales en territorio estadounidense y, luego de los comicios en los que resultó vencedor Joe Biden, las sentencias continuaron. Tras esa fecha, tres nuevos presos fueron ejecutados, lo que quebró con una tradición de 131 años, que indicaba que los mandatarios salientes suspendieron las sentencias federales durante la transición.
Antes del cambio de presidente, hay una última ejecución federal programada. Será el 15 de enero, solo cinco días antes de que Biden tome posesión de su cargo.
Ante esta situación, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó ayer su "preocupación" por la planificación de la "serie" de ejecuciones en Estados Unidos. "Durante décadas, la CIDH ha apuntado a la pena de muerte como un desafío crítico para los derechos humanos", indicó, precisando que Estados Unidos "es el único país en el hemisferio occidental que actualmente ejecuta a personas que son sentenciadas a muerte".
El último ejecutado
El viernes por la noche, Bourgeois recibió la inyección letal, un día después que otro condenado fuera ejecutado en el mismo lugar. Según informó la prisión federal en un comunicado, "Bourgeois fue declarado muerto a las 20.21" (hora local).
Tras una demanda por paternidad, Bourgeois, un exchofer de camión, ejercía la custodia temporal de su hija en el verano de 2002, cuando la llevó a una ruta camionera y abusó severamente de ella hasta que en un momento le rompió el cráneo contra el parabrisas, reportó la agencia de noticias AFP.
Como el crimen tuvo lugar en una base militar donde realizaba una entrega, fue juzgado en un tribunal federal y sentenciado a muerte en 2004. Permaneció en el corredor de la muerte desde entonces.