El 2021 será bisagra para las aspiraciones de Alberto Fernández y de parte de su gabinete para lo que buscará ser una continuidad en la vida política argentina. No sólo porque es el 50% del mandato, ni porque se buscará una reactivación que muestre un fuerte contraste con este 2020, sino porque en medio del ajuste hay elecciones de medio término.
En la Casa Rosada lo saben y ya comenzaron a establecer estrategias al respecto. El sector más acaudalado de la sociedad no los va a votar. Lo saben y por eso avanzan con el impuesto a la riqueza. "Son 12.000 votos que estamos dispuestos a perder. Además, siempre se los termina compensando por otros lados", reconocen en Balcarce 50.
La clase más castigada fue la más protegida por el Estado. Los programas como el IFE, los aumentos en las Asignaciones por Hijo, sopesaron para que se pueda pasar el 2020 sin estallido social y para el 2021 aparece fuerte la tarjeta AlimentAr. El problema es la clase media.
La clase media que pelea por el impuesto a los ricos, la clase media urbana que quiere dólares aunque no los pueda comprar. La clase media que sufrirá el aumento de las tarifas, que mira a Cristina Kirchner y hace una mueca y ve a Alberto Fernández y no ve más que un porteño. Esa clase media es la que el gobierno va a salir a conquistar. Y eso será de la mano del sueño de la casa propia.
Alberto Fernández afirmó que el Gobierno analiza una modificación en las fórmulas de actualización de los créditos hipotecarios para que se actualicen "solo teniendo en cuenta el salario".
Mientras se extiende hasta finales de enero el congelamiento de los créditos UVA, el Presidente anunció que avanzan en la instrumentación de un nuevo programa de créditos para la compra de vivienda para que acceda la clase media y, al igual que con las jubilaciones, no indexarían por inflación.
Así lo dijo en el acto que llevó adelante por el Día de la Construcción y que tuvo lugar en la planta de la empresa Loma Negra, en la ciudad de Olavarría, provincia de Buenos Aires. Durante el anuncio estuvo acompañado por el flamante ministro de Hábitat, Jorge Ferraresi, quien asumió días atrás en reemplazo de María Eugenia Bielsa, y su par de Obras Públicas, Gabriel Katopodis.
"Queremos volver a impulsar la construcción de nuevas viviendas a las que puedan acceder sectores medios a través de créditos hipotecarios posibles. Por eso hemos pensado en cambiar todas las fórmulas de actualización de los créditos hipotecarios y concentrarnos en la idea de que esos créditos se actualicen sólo teniendo en cuenta el salario", indicó Fernández.
"Si mejoran los salarios, aumentan las cuotas pero la idea es que no se conviertan en un dolor de cabeza como resultó ser los UVA, que se ajustan por la inflación, ese es el objetivo que tiene Ferraresi". agregó.
En los bancos miran con recelo la idea y entiende que sería poco probable teniendo en cuenta la relación cuota - ingreso necesaria para un crédito hipotecario -la cuota no puede superar el 30% del salario del que toma el crédito-.
El proyecto de ley de los créditos hipotecarios está en el Congreso. El Ejecutivo envió un proyecto de ley para crear nuevos créditos que reemplacen a los UVA, para ajustar por el Coeficiente de Variación Salarial (CVS) y ya no por el Índice de Precios al Consumidor (IPC), pero nadie en el Poder Legislativo puede afirmar a ciencia cierta qué es lo que sucede que no avanza. Lo que está claro es que la única opción que tiene hoy es que sea puesto en el temario de sesiones extraordinarias, algo que depende exclusivamente del Ejecutivo.
El motor
Fernández volvió a señalar que "la construcción es verdaderamente el motor que va a encender la economía, y que va a dar trabajo", e indicó que en el Presupuesto 2021 "la inversión en obra pública se multiplica por dos". Y considera a "la construcción es un motor central para el desarrollo económico argentino. La actividad tiene un rol central en la producción porque tiene un efecto multiplicador en otras actividades económicas",
Por último, habló del dólar sin nombrarlo y blanqueó un poco por qué tanto interés en el sector que no solo que contrata rápidamente sino que "tiene la virtud de que gran parte de todo esos materiales que utiliza no se tienen que importar porque la construcción se hace principalmente con elementos nacionales".