Lentamente empiezan a llegar los proyectos de Presupuestos de los distritos y en el caso de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, los impuestos a las propiedades y el ABL se vuelven centrales en los documentos que ya ingresaron o que van a ingresar en las legislaturas.
La parte fundamental es que así como la provincia de Buenos Aires necesita ingresos para poder apuntalar el crecimiento y las ayudas, la Ciudad también los necesita para suplantar la pérdida de ingresos vía coparticipación que le quitó el Gobierno nacional.
En este último caso el proyecto de ley estaría ingresando a la legislatura porteña alrededor del 20 de noviembre y todo el mundo espera un aumento de los tributos mayor al de la inflación para recomponer la pérdida de los 36.000 millones de pesos que no tendrían por la quita del 1,18% de la coparticipación que hoy está discutiendo en la Corte Suprema.
Durante el 2020, Horacio Rodríguez Larreta había cambiado el formato de ajuste del ABL el cual se fue ajustando por inflación tomando en cuenta el Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad (Ipcba) de cuatro meses antes para aplicar la suba. En un ejemplo gráfico, en enero de 2021 debería ajustar el dato de inflación de septiembre de este año, que en la Ciudad fue de 2,8 por ciento. Y repetir esto todos los meses.
Sin embargo, el equipo de Larreta asegura tener la necesidad de juntar más fondos para poder suplir la caída de la coparticipación y, además, de los ingresos producto de la pandemia, por lo que no sólo volvería a pedir una cláusula gatillo si el costo de vida durante el año que viene se dispara por arriba de 32% sino que está en estudio desde crear un mes más hasta asumir un ajuste mayor al de la inflación mensual.
En el caso de los automóviles, las patentes de los usados estarán ligadas al valor del mercado. Si el auto sube su precio paga más de patente, pero si baja paga menos.
En la provincia de Buenos Aires, el presupuesto ya fue entregado a la legislatura y el techo del incremento en los impuestos a los automóviles e inmobiliario tiene un techo de 32% para casi la totalidad de los bonaerenses, acompañando la inflación proyectada por el Gobierno nacional.
Sin embargo, hay un apartado que dice que si el inmueble urbano supera el valor de escritura los 15 millones de pesos y, en el caso de los automóviles, el valor fiscal sea mayor a los 5 millones de pesos, el incremento del impuesto a la propiedad y de patente será mayor a ese 32 por ciento.
Un dato no menor que tiene el presupuesto que envió Axel Kicillof a la legislatura es que no hay una diferenciación para lo que es el inmobiliario rural. Este tributo siempre genera grandes discusiones. La ex gobernadora María Eugenia Vidal y su ministro de ese momento, Hernán Lacunza, habían amenazado con llevar adelante un revalúo fiscal sobre las tierras productivas porque pagaba menos por hectárea que un inmueble urbano o un auto 0 km,. Kicillof que en principio tiene una imagen de poco trato con el sector agropecuario, volvió a sorprender
Para los impuestos rurales el aumento será de la inflación proyectada en unidades de hasta un valor de $19.6 millones y, aquí la rareza, se mantendrá el mismo porcentaje de incremento por arriba de ese valor y con un superficie libre de mejoras es menor de 2.000 hectáreas.