El ministerio de Economía colocó ayer bonos del Tesoro en moneda estadounidense por un total de 750 millones de dólares y que vendió a cambio de títulos de deuda nominados en moneda local.
La operación no tuvo un resultado negativo. Se recibieron ofertas para adquirir bonos en dólares por 2.408,3 millones de dólares, frente a un volumen total a ser adjudicado de 750 millones de dólares.
En agosto se aprobó una ley que, entre otras cosas, habilitó la posibilidad de que los títulos públicos en dólares emitidos bajo ley argentina puedan suscribirse con instrumentos de deuda denominados en pesos.
Los títulos en pesos que el Gobierno llamó a convertir eran siete: seis letras del Tesoro con vencimiento entre diciembre y febrero próximo y un bono del Tesoro con vencimiento en abril de 2021.
Con esos instrumentos, los inversores pudieron suscribir en forma voluntaria dos series de bonos del Tesoro, ambos en dólares, con vencimiento en julio de 2030 (AL30) y julio de 2035 (AL35).
Se trata de bonos emitidos con la reestructuración de deuda concretada en septiembre pasado por el ministro de Economía, Martín Guzmán, y tienen un rendimiento anual inicial del 0,125 %, que crece progresivamente al 1,75 % a partir de 2027 en el caso de los títulos que vencen en 2030 y al 5 % a partir de 2028 en el caso de los bonos que vencen en 2035.
En total, en la operación de ayer se colocaron bonos AL30 por 500 millones de dólares y títulos AL35 por 250 millones de dólares.
Según indicó el Ministerio de Economía, el resultado de esta operación le permite al Tesoro reducir en diciembre las necesidades de financiación en moneda local por un total de 22.610 millones de pesos (267 millones de dólares) y durante 2021 por 20.428 millones de pesos (242 millones de dólares).
El comunicado que envió el ministerio de Economía asegura que este año se lograron "significativos avances" para la normalización del mercado de deuda pública en moneda nacional, con una "sensible disminución" en el coste de financiación del Tesoro y una "creciente" porcentaje de renovación de los vencimientos de interés y amortizaciones de deuda.
Sin embargo, advirtió la cartera, que "aún convive en este mercado un universo de tenedores externos de instrumentos en pesos, cuyas estrategias y mandatos de inversión pueden redundar en comportamientos que afecten las condiciones de inestabilidad financiera y macroeconómica".
Para el Gobierno, estos agentes generan una "externalidad negativa" sobre los inversores domésticos que con un "interés genuino" demandan títulos en pesos para canalizar los excedentes de liquidez en pesos.