Reino Unido anunció este jueves que estudia endurecer su política migratoria, generando polémica y dejando abierto el rechazo de varios países, informaron medios británicos.
Entre las propuestas restrictivas figura enviar a los migrantes en medio del Atlántico, a viejos transbordadores o incluso crear olas en el canal de la Mancha para hacer retroceder embarcaciones.
El Gobierno del primer ministro conservador, Boris Johnson, que tras el Brexit hizo de la controlada política inmigratoria uno de sus pilares de gestión, asiste a un número récord de intentos por parte de los migrantes de atravesar el canal de la Mancha desde Francia, en embarcaciones improvisadas en ocasiones, con la intermediación de los traficantes de personas.
En agosto, la ministra del Interior, Priti Patel, prometió hacer lo posible para convertir esta ruta en "intransitable" y se analizaron varias opciones disuasorias, aunque por ahora no se adoptó ninguna, destaca hoy la prensa británica.
Según el diario The Financial Times, el Ministerio del Interior contempló enviar a los solicitantes de asilo a más de 6.000 km del Reino Unido, en pleno Atlántico sur, a las islas volcánicas de Ascensión o Santa Elena.
El diario financiero afirma que la idea sería desplegar barcos que generan olas para forzar a las pequeñas embarcaciones a retroceder a aguas francesas, lo que suscitaría "preocupaciones en cuanto al riesgo de hacer volcar a los migrantes".
Entretanto, el periódico The Guardian afirma por su parte que el Gobierno británico pensó construir centros de tratamiento de solicitantes de asilo en Moldavia, en Marruecos o en Papúa Nueva Guinea, pero que esa opción fue descartada por los diplomáticos.
"Desarrollamos proyectos para reformar las políticas y la legislación sobre la inmigración ilegal" con el objetivo de "impedir abusos" y "criminalidad", expresó un portavoz oficial, citado por la agencia de noticias AFP.
Para muchos críticos, tanto en la oposición como entre los defensores de derechos humanos, estas propuestas se inspiran directamente en el muy controvertido sistema australiano, condenado por la ONU.
Australia no acepta refugiados en su territorio, incluso aquellos que cumplen con los criterios del derecho de asilo y los refugiados que no son rechazados en el mar, son enviados a centros especializados en las islas del Pacífico.
Para Amnistía Internacional, al enviar lejos a los migrantes Reino Unido "ignora toda consideración de sus necesidades, derechos y bienestar".
Según las autoridades francesas, 6.200 migrantes probaron suerte en los ocho primeros meses del año a bordo de botes inflables, en kayak o incluso con un simple flotador.
Doce personas sospechosas de pertenecer a una red criminal, que sacó "enormes beneficios" con estas travesías, fueron detenidas esta semana en el marco de una vasta operación internacional.
Con información de Télam.