El líder norcoreano, Kim Jong-un, ofreció hoy disculpas después del "inesperado y vergonzoso" asesinato de un surcoreano en el mar por fuerzas de su país, dijo el Gobierno de Corea del Sur, un gesto que busca evitar una escalada de tensiones en la Península de Corea.
El líder norcoreano dijo que "lamenta profundamente" el hecho y se disculpó "por haber decepcionado al presidente Moon Jae-in y a los surcoreanos", señaló la oficina de la Presidencia de Seúl.
La disculpas de Corea del Norte llegan en un contexto de relaciones intercoreanas estancadas, al igual que las negociaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos.
Suh Hoon, asesor de seguridad nacional de Corea del Sur, leyó una carta del departamento del partido gobernante del Norte encargado de las relaciones con su vecino del sur.
En la misiva, el Norte admite que disparó una decena de veces al hombre que "entró ilegalmente en nuestras aguas" y se negó a declarar correctamente su identidad, informó la agencia de noticias AFP.
Corea del Norte intenta utilizar este mensaje para apaciguar a su vecino del Sur, donde el asesinato, el primero a manos de ejército norcoreano en diez años, causó indignación.
El funcionario, que trabajaba para la industria pesquera, murió por disparos de soldados norcoreanos el martes.
Su cuerpo, que fue dejado en el agua, fue quemado más tarde por temor a la contaminación por coronavirus.
Un desertor norcoreano convertido en investigador con base en Seúl calificó como "extremadamente raro que el comandante supremo del Norte se disculpe, especialmente a los surcoreanos y a su presidente".
"Creo que es la primera vez desde 1976", dijo, cuando tuvo lugar "el incidente del asesinato con hacha", la muerte de dos soldados estadounidenses asesinados por soldados norcoreanos en la Zona Desmilitarizada (DMZ), dijo Ahn Chan-il.
En tanto, Leif-Eric Easley, profesor de la universidad de Ewha en Seúl, dijo que la supuesta disculpa de Kim "reduce el riesgo de una escalada entre las dos Coreas y mantiene las esperanzas de reconciliación de Moon".
Se trata de un "gesto diplomático" que "evita un posible conflicto a corto plazo y preserva la posibilidad de obtener beneficios a largo plazo de Seúl", estimó.